6 ene 2017

Lienzo blanco.



Hace dos años que no escribo en este blog. Inentendible.

Como pude perder la fortuna de escribir en este lugar, con el privilegio de lectores atentos, con vidas profundas, personas de palabras justas y silencios correctos. Personas que sin duda son reales pero que convivieron conmigo durante años como seres imaginarios.

Siento que las personas somos una especie de frasco, un recipiente, mas o menos cristalino, pero recipiente al fin... Todos los días cubrimos nuestra capacidad con gotas de diversas sustancias... Sin importar el sentido, como un hecho rutinario, todo los días presionamos el gotero y dejamos caer otra gota más. Las sustancias son diversas, muchas veces poco compatibles, espesas, acuosas, pesadas.. y a veces rosando el estado gaseoso.

Este recipiente se encuentra apoyado sobre un lienzo blanco... Un lienzo blanco que ante cualquier movimiento se ve salpicado con el contenido del mismo. El lienzo resulta ser más o menos absorbente, pero sin dudas es el que no permite que dicha sustancia invada el espacio donde está situado nuestro frasco,

Es importante el lienzo blanco. Re importante. Necesario. Inevitable.

Por eso se vuelve inentendible que haga dos años que no escribo en este blog.